Historias, historias, historias
Llevaba mucho tiempo intentando localizar este fragmento, hojeando las obras de Cunqueiro que no tengo tiempo de releer, aunque bien me gustaría. Hoy por fin lo he encontrado. El maestro Cunqueiro nos desvela, por boca de uno de sus personajes, sus propios procedimientos narrativos.
Me gano algo de vida contando historias por las posadas, y ahora mismo llevo un catálogo de siete muy preparadas, y todas tienen una punta de verdaderas. Te digo que por mucho que saques de ti una historia, siempre pones cuatro o cinco hilos de verdad, que quizá sin darte cuenta llevas en la memoria. […] Claro que las decoro un poco, saco las señas de la gente, pongo que estaba presente un tal que era cojo, o que casara de segundas nupcias con una mujer sorda que tenía capital, o que tenía un pleito por unas aguas, o cualquier otra nota. Y cuento de las villas, si son grandes, y cuántas plazas y calles, y si hay buenas ferias, y cuáles son las modas. Las historias, como las mujeres y los guisados, precisan de adobo. De este Romualdo Nistal, pongo por caso, cuento la vida desde que fue a servir al rey, y de cómo lo enamoraba la mujer de un sargento de tambores, y cómo encontró en la calle dos onzas de oro, que fue con lo que puso en Manzanal la tienda…
Álvaro Cunqueiro
Merlín y familia, Ediciones Destino, Barcelona, 1982, pp. 53, 57 y 58
Aquí sí que llego el primero, no como en la anterior entrada. El oficio de escritor no se aleja mucho del nuestro, siempre contando las mismas historias que, en el fondo, cada vez son distintas, porque cambiamos aquí un chiste, allá una anécdota, acullá un enfado…
Y no te digo nada con este oficio de blogueros…
Completamente de acuerdo con Antonio, aunque más bien nos veo como cómicos de la legua (yo meto mucho teatro en mis clases).
Elisa, otro autor en común, además de Altolaguirre: el maestro Cunqueiro.
Saludos.
Más que una narración, lo nuestro viene a ser una representación. Én ocasiones en medio del esperpento, claro. Anoto el texto, ando metido en una unidad didáctica sobre la narración. Cunqueiro… otro de los que me está esperando. Ya se sabe que los clásicos tienen paciencia.